Durante la realización del tratamiento en clínica, al ser un tratamiento muy poco invasivo, no tiene por qué producir ningún tipo de dolor. En el caso de que se sintiera cierta sensibilidad, se aplicaría un anestésico local, consiguiendo el cese de dicha sensibilidad.

Una vez que el tratamiento ha finalizado y las carillas están colocadas en boca, el paciente no refiere ningún tipo de sensibilidad.